jueves, 17 de junio de 2010

Romper la Regla

Mucho se habla de la relación intrínseca entre música y matemática, es notable como entre las notas se van entrelazando una serie de variables y patrones que las relacionan unas a otras en sentido vertical (acordes) y horizontal (melodía).

En el estudio de la estructura armónica y el movimiento de las voces, se dan sugerencias basadas en la experiencia estética acumulada a través de tantos siglos de desarrollo musical y es precisamente el estudio teórico el que se fundamenta en las relaciones matemáticas derivadas de las escala diatónica o escala pitagórica (base inicial de toda la música occidental).

Pero más allá del estudio teórico, está presente el elemento no matematizable, no medible, que inconciente o conscientemente dirige las acciones del cerebro pero movido por un impulso estético dictado por el sentido de la escucha. Lo que quiere decir esto es que en el proceso de creación y ejecución musical, las relaciones matemáticas deben hacerse imperceptibles en el resultado final, aunque ellas siempre estarán presentes, no pensamos cada acorde, cada melodía, cada movimiento según las reglas fijas e inmutables. El caso extremo lo encontramos en la ejecución de la improvisación en los músicos de jazz, durante ese proceso la música se convierte en una campo de experimentación donde todo cabe y es permisible.

Tanto en la ejecución de la improvisación como en el proceso de composición debe existir un equilibrio entre lo aprendido, lo escrito en los manuales y lo instintivo, lo no esperado, eso que podrá ser considerado como lo nuevo, lo innovador, que rompe las reglas.

La máxima debe ser "seguir las reglas, pero si romper las reglas suena bien entonces esa es la regla"

La Sencillez en la Composición

Muy válida la siguiente afirmación para el músico compositor "En la limitación se reconoce al maestro".

Siempre hay que tener en cuenta que a veces menos es más. Es preferible limitar los elementos, concretarlos, centrarlos para que el conjunto tenga solidez, cohesión, fluidez.

El uso excesivo de recursos en la composición no hará más que confundir al escucha. Quiere esto decir que deben considerarse todos los elementos, cambios de forma en los motivos, variaciones melódicas y movimiento del centro tonal, entre otros recursos, pero no abusar de estos.